CAMINO AL PLACER: POR LINA Y NORA

 



El fin de semana pasado tuve la dicha de participar en un taller y una actividad de danza, pero no eran simples eventos, sino dos experiencias que se complementaban y me permitieron compartir con mujeres extraordinarias. Esto me llevó a reflexionar sobre frases y sentimientos muy opuestos que he escuchado a lo largo de los años.

Por un lado, durante mucho tiempo creí en la idea de que "estar entre mujeres y trabajar en un espacio exclusivamente femenino es lo peor que puede suceder", debido a la supuesta competencia, envidia y otros aspectos negativos que se asociaban con ello. Sin embargo, al profundizar en el tema, me pregunto: ¿realmente la competencia es algo negativo? Más bien, la veo como un impulso para seguir adelante, mejorar y crecer. Es posible que quienes alimentaron emociones como la rabia y la envidia tuvieran sus razones, pero ahora comprendo que tales ideas podrían haber sido fomentadas para mantenernos divididas.

Por otro lado, escuché recientemente una perspectiva completamente diferente: "si las mujeres conocieran el poder que tienen y se unieran, conquistarían el mundo y lo tendrían a sus pies". Esta idea me resonó profundamente, ya que me lleva a creer en el poder de la unidad femenina. Si nos damos cuenta de nuestra grandeza y nos unimos, ¿qué límites podríamos alcanzar juntas? Somos capaces de atraer una energía infinita hacia el mundo entero cuando nos unimos en un propósito común.

En mi experiencia personal, he encontrado más verdad y fuerza en la idea de la unidad femenina. Creo firmemente en que, si nos unimos y reconocemos nuestro poder colectivo, podemos lograr cambios asombrosos y transformar el mundo que nos rodea.

Como mencionaba anteriormente, el sábado tuve el privilegio de participar en un taller donde pude experimentar esa energía de la que hablé anteriormente, una iniciativa creada por dos mujeres excepcionales, Lina y Nora. Ambas decidieron unir sus conocimientos y pasiones para ofrecer su orientación a las mujeres que acuden a ellas en busca de autoconocimiento y exploración de su potencial. Este taller es una oportunidad para descubrir y comprender la plenitud que cada una de nosotras posee, así como todo lo que podemos lograr por individual y cuando nos unimos.

En estas horas que compartimos juntas, ocho mujeres nos sumergimos en un torrente de experiencias. Reímos, lloramos, nos liberamos de las cadenas que nos impedían avanzar, aprendimos y creamos una energía que estoy segura trascendió el espacio físico en el que nos encontrábamos, irradiando hacia otras personas. Juntas derribamos las barreras impuestas por siglos de crianza bajo un sistema que, hasta ahora, nos mantenía en la oscuridad. Me emocionó escuchar que en la actualidad se están desafiando muchos de esos paradigmas que solían mantenernos en la sombra.

El domingo, clausuramos el taller con una actividad llamada Danza Roja, donde danzamos al ritmo del canto de las aves, el calor del sol y la caricia de la brisa. Nos conectamos con nuestra madre naturaleza y vibramos en una frecuencia llena de sensualidad, pasión y alegría. Una vez más, unimos nuestras fuerzas para compartir la energía positiva que se generaba, extendiéndola hacia muchas más mujeres en todo el mundo.

Ahora más que nunca, confirmo lo grandiosas que somos, y como juntas podemos encontrar fuerza, entrega, pasión y un sinfín de beneficios que nos impulsan en el camino hacia el éxito y la conquista. Lina y Nora, les expreso mi profundo agradecimiento por este programa que han creado. Es evidente que Dios, el universo o como quieran llamarlo, las ha unido con sabiduría para llevar adelante este maravilloso camino de enseñanza e inspiración para las mujeres de su entorno. Así es como se expanden los conocimientos, viajando por el mundo y trascendiendo a través del tiempo.

Al concluir este artículo, no solo cerramos un capítulo en nuestra exploración personal, sino que también despedimos el mes dedicado a la mujer. Sin embargo, recordemos que la celebración de nuestra existencia no se limita a un periodo específico; cada día es una oportunidad para honrar nuestra fuerza, nuestra belleza y nuestra capacidad de transformación. Sigamos avanzando juntas, recordando siempre que somos poderosas, valiosas y dignas de amor y respeto en todo momento.


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